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Ser mamá, profesionista y mujer, cómo equilibrarte sin perderte a ti misma.


Ser mujer en esta etapa de la vida muchas veces significa llevar múltiples sombreros: el de mamá presente, el de profesionista comprometida y el de mujer que no quiere perder su esencia.


Y aunque amamos cada uno de esos papeles, no podemos negar que equilibrarlos puede ser todo un reto. Hay días en los que sientes que te partes en mil pedacitos para cumplir con todo, y al final del día, la única que quedó fuera de la ecuación… fuiste tú.


Entre juntas, meriendas, pendientes del hogar, tareas escolares y responsabilidades profesionales, es fácil desconectarte de ti misma. Te vuelves la que siempre resuelve, la que siempre está para todos, pero ¿quién está para ti?



La buena noticia es que sí es posible vivir todos tus roles sin perderte a ti misma en el proceso, y no se trata de hacerlo todo perfecto ni de tener un horario militar.


Se trata de consciencia, intención y pequeñas herramientas prácticas que puedes integrar en tu día a día para vivir con más equilibrio y plenitud.


Equilibrar estos roles no significa hacerlo todo perfecto, sino encontrar un sistema que funcione para ti, que te permita cuidar de los demás sin dejarte al final de la lista. 


En este blog, quiero compartirte algunas estrategias que no solo han ayudado a muchas mujeres a reencontrarse con ellas mismas, sino que también son realistas y sostenibles para una vida ocupada. Porque tú también mereces sentirte plena, conectada y viva, no solo productiva. A continuación te comparto algunas herramientas aplicables que te ayudarán a reconectar contigo y sentirte más en equilibrio.


1. Agenda consciente: tu aliada, no tu enemiga


Organizar tu semana no es solo para cumplir tareas, es para darle espacio a lo que importa.


  • Bloques de tiempo reales: Agrega en tu calendario desde reuniones hasta la siesta de tus hijos o tu café sola. Lo que no se agenda, se olvida.

  • Prioriza con intención: Cada día, elige 3 cosas esenciales. El resto puede esperar.


Tip: Usa colores diferentes para visualizar tus roles. Verás si estás saturando una sola área y olvidando otra.



2. Rutinas de autocuidado que  puedes sostener


No necesitas 2 horas al día para reconectar contigo. Solo necesitas constancia con lo pequeño:


  • 5 minutos para respirar profundo o escribir cómo te sientes.

  • Una ducha con tu música favorita.

  • Caminar 10 minutos sin distracciones.


El autocuidado no es lujo, es mantenimiento emocional.



3. Aprende a pedir ayuda sin culpa


No tienes que hacerlo todo tú. Pedir apoyo no es señal de debilidad, es una forma inteligente de cuidar tu energía.


  • Crea una red de apoyo: pareja, familia, amigas, tribu digital.

  • Delega tareas que no necesitan de ti al 100%.


Recuerda: al soltar un poco, ganas espacio mental.



4. Reconecta con tu propósito personal


Más allá de los títulos de mamá o profesionista, ¿qué te mueve como mujer?


  • Retoma pasatiempos olvidados.

  • Escríbete cartas a ti misma recordando tus sueños.

  • Haz una lista de cosas que quieres hacer solo por ti.


Ser mujer no es un rol más, es tu esencia. No la escondas.



5. Practica la autoescucha antes que la autoexigencia


¿Te hablas con amabilidad o con presión?


  • Cambia el “debo” por “elijo”.

  • Escucha tus emociones sin juicio.


Valida tu cansancio, tu alegría, tu necesidad de pausa.



Equilibrar tus roles no es cuestión de lograr un “perfecto balance” diario, sino de ajustar constantemente con compasión.


Eres mamá, profesionista y mujer, pero sobre todo eres , y mereces no solo estar presente para los demás, sino también para ti misma.


Haz del autocuidado una prioridad, no una excepción.

Porque cuando tú estás bien, todo a tu alrededor florece.



 
 
 

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